Tienes al alma encerrada
en la prisión que tú misma
le has generado
con una razón sin razón
- excusa palpable -
A veces te descubro
atisbando por los resquicios
- destellos fugaces de tu mirar -
y vuelves a desaparecer.
Te niegas y reniegas,
encierro prematuro de deseos
- devorador de sentimientos -
Sorprendida me preguntas
que cómo sé tanto sobre ti.
En tu descuido no notas
que mi vivir es imagen
a semejanza de la tuya.
. . .
Espejo
sólo soy un espejo.
. . .
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario