lunes, 21 de marzo de 2011

Por la poesía, en su día mundial...

Cada persona tiene una concepción propia sobre la poesía. Para mí ha sido, desde hace mucho tiempo, la piedra filosofal donde se asienta mi vivir. No recuerdo con exactitud cuándo comencé a esbozar mis primeras líneas, que dejé libres sobre algún olvidado papel para que buscaran su destino. Una amiga conserva un poema escrito en 1980, escrito a la edad de 15 años. Por esa fecha debe andar el inicio entonces.

Lo que sí puedo rememorar con absoluta seguridad es la total y completa seducción que las palabras ejercieron sobre mi. Aquellas enciclopedias que devoré con fruición siendo aún niño, los escritos de grandes poetas, me mostraron un universo paralelo donde mi imaginación se refugiaba a menudo.

Una noche, la luna bajó hasta mi, y me susurró antiguas palabras que insuflaron en mi alma la necesidad de decantar en palabras lo que mi pecho atesora. Y, paradójico, una tristeza fue el detonante de ese hecho. El universo me inspiró a convertirlas en letras que se convirtieron en vocablos, en verbos vivos y sentidos. Como lluvia repentina, las musas acuden sin avisar, y me apremian a escribir. La noche siempre ha sido mi cómplice. Y mi luna lunera, testigo fiel de lágrimas y sonrisas...

Brindo hoy por mis escritos. Por los amores que me han inspirado. Por cada una de mis musas, en especial esta última que ha sido la más maravillosa de todas. Por la poesía en mi vida, por la vida en versos, por los versos de besos, por los besos que aún debo...

INSTANTES

Cuando miro tus ojos una emoción
súbita me embarga porque en ellos
veo revelados mis sueños y empeños.

Y si son tus ojos los que me observan
se incendia mi rostro, suspira mi alma,
y bañado en tu luz me descubro enamorado.

Muchas veces he quedado en embelesada
contemplación al tenerte a mi lado, es que
no quiero perderme ni un detalle de ti.

Porque contigo cada instante es una vida
y con cada recuerdo que guardo con celo
voy escribiendo la historia de mi amor.